LA ESCUELA ES MUCHO MÁS QUE APRENDER

Para muchos niños, niñas y adolescentes la escuela es un espacio seguro en el que pueden crecer, jugar, hacer amigos, sentirse seguros, recibir alimentación y, en general, construir la posibilidad de un futuro mejor. Por ello, la pandemia y el cierre masivo de las escuelas ha puesto en peligro el bienestar de toda una generación el años del bicentenario peruano.

Hablamos de pérdidas irreparables sobre el aprendizaje, afectación grave a la salud mental infantil, vulnerabilidad frente a la violencia y los abusos, el limitado acceso a alimentos y, también, de un menor desarrollo de las habilidades sociales.

Todo ello sumado a las consecuencias del impacto económico y social dejadas por la pandemia, las cuales no solo podrían detener el progreso logrado en las últimas dos generaciones, sino también revertir las oportunidades de vida y exacerbar las desigualdades existentes.

Aunque en su momento se acogieron las medidas más adecuadas para paliar los efectos de la COVID-19, tras 18 meses de cierre de escuelas, es hora de tomar nuevas decisiones que aseguren el bienestar de la niñez y adolescencia en Perú.

Nos enfrentamos a una emergencia global de la educación que ha dejado en Perú:

Más de 373.000 alumnos de escuelas públicas de zonas rurales y urbanas que no pudieron acceder a la educación a distancia por falta de electricidad, conectividad y equipamiento.

Más de 705.000 niños de educación, primaria y secundaria han interrumpido sus estudios o están en riesgo de hacerlo.

Solo 5,350 escuelas han retomado cierto nivel de presencialidad, aún cuando hay más de 68,127 habilitadas para hacerlo.

#SalvemosNuestraEducación

Conoce la ruta para el retorno presencial a las escuelas

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